Samoëns, un paraíso de montaña en el corazón de Los Alpes

Llega el invierno, para algunos la estación preferida del año y con él en muchos casos, también la nieve.

Paisajes blancos con pueblos y montañas cubiertos por un manto de nieve, con cabañas de madera y en donde se da por comenzada oficialmente la temporada de esquí con la apertura de las estaciones.

Si estás buscando una escapada en un lugar que reúna todos estos ingredientes, en el corazón de los Alpes franceses te está esperando Samoëns.

Escondido al resguardo de los Alpes en de departamento de la Alta Saboya, el pequeño pero encantador pueblo de Samoëns es una de las mejores opciones para aquellos que quieran escaparse unos días de la gran ciudad y refugiarse con el aire fresco y las imponentes vistas del llamado gran macizo.

Lleno de pequeños negocios tradicionales y restaurantes, y con un rico patrimonio histórico y una original arquitectura, Samoëns es el típico pueblito de montaña y uno de los orgullos de Francia en plenos Alpes.

Piérdete entre sus callejuelas, visita su jardín botánico con más de 2500 especies de flores de montaña, o sube al Joux-Plane (uno de sus picos más emblemáticos) en coche o en bicicleta en el que es uno de los puntos preferidos de paso de la carrera ciclista más importante del mundo, el tour de Francia.

Bien sea para descansar o para practicar alguno de las múltiples posibilidades de deportes de nieve que ofrecen sus más de 265 kilómetros de pistas de esquí, Samoëns es un paraíso para los amantes de la naturaleza y el lugar ideal para unas merecidas vacaciones.

Justo en el centro de los Alpes, a medio camino entre Chamonix y Ginebra, el tesoro y uno de los principales reclamos de la zona para todos los amantes de los deportes de invierno se llama Grand Massif.

Este enclave de vistas privilegiadas de los Alpes y hasta del mismísimo Mont Blanc de fondo, es un regalo para todos fans de la nieve que te dejarán sin respiración mientras prácticas tu deporte favorito.

Situada a tan solo 10 minutos del centro de Samoëns, esta gigantesca área de esquí reúne las zonas de Flaine, Les Carroz d’Araches, Morillon, Samöens y Six-Fer-a-Cheval y está formada por hasta 148 pistas para todos los niveles (20 verdes para principiantes, 64 azules y 50 rojas para niveles intermedios y 14 negras para esquiadores experimentados de nivel avanazado).

Adquiere uno de los forfaits que mejor se ajusten a tus necesidades y accede subiendo en teleférico para vivir la experiencia de los Alpes en este pequeño universo de esquiadores.

Si estás en Samoëns y nunca has esquiado o quieres perfeccionar tu técnica, no pierdas la oportunidad de hacerlo en el marco incomparable de los Alpes.

En el plateau 1600 en plena estación de esquí, tanto para niños y mayores, aprovecha para tomar una lección con la escuela de esquí Zig zag en la disciplina que más te guste.

Empieza desde cero aprendiendo las nociones básicas y controlando las caídas con una cuña perfecta, o mejora tu estilo para poder utilizar alguna de las pistas de mayor dificultad.

¿Listo para subir a la estación de esquí? Tanto si no viajas con tu equipo como si no tienes uno propio, ¡no te preocupes!. Botas, guantes, esquís, gafas para la nieve, tablas de snowboard y en práctica cualquier cosa que puedas necesitar.

En Xtreme Glisses los tienes todos. Allí podrás comprar o alquilar todo tipo material de esquí, y si lo necesitas, su encantador personal te asesorará para equiparte con todo lo indispensable para que puedas vivir una experiencia plena durante tu estancia en los Alpes.

Y después de pasarse todo el día disfrutando la nieve, es el momento de relajarse y seguir deleitándote con las vistas imperiales de los Alpes a más de 1600 metros en el Au prè d’Oscar.

Siéntate en su gran terraza con vistas 360º y toma un trago con amigos dejándote llevar por el ritmo de la música, especialmente con las notas de su saxofonista en directo, en este fenomenal y único bar en los Alpes franceses.

Y si quieres tener la mejor experiencia de las típicas cabañas de madera de los Alpes sin perder un ápice de comodidad en un ambiente rústico y familiar, en Samoëns el Neige et Roc es tu lugar.

A este hotel de cuatro estrellas no le falta de nada. Su excelente ubicación y sus perfectas conexiones, además de sus cómodas habitaciones, hacen de él la mejor elección en tu visita a Samoëns.

Contando con una decoración muy cuidada y genuina con motivos de la región, tiene a disposición de sus huéspedes un spa que hará tus delicias para recuperarte después de las largas jornadas de esquí.

Además su piscina interior y la chimenea para sentarse al calor de una agradable conversación hasta altas horas de la noche prometen un ambiente único.

Pero mención a parte merece el trato cercano y el excelente servicio de sus dueños, el matrimonio formado por Françoise y Olivier, que te hacen sentir uno más de la familia y que junto con sus completas instalaciones y su ambiente cálido y positivo harán que no quieras marcharte nunca.

Seas o no un amante de los dulces, la pastelería À la Jaÿsinia es uno de esos negocios que lleva abierto toda la vida, ¡nada más y nada menos que desde 1880!.

Aunque ya solo por ello merece la pena nuestra visita, además cuenta con un verdadero artesano del chocolate en sus fogones como es el reputado Thierry Froissard, nombrado mejor pastelero del mundo en 1989 y que tiene a sus espaldas la friolera de más de 30 años endulzando sonrisas.

Haz una parada para entrar en calor con una taza de chocolate y prueba sus exquisitas creaciones, como su deliciosa tarta de arándanos casera.

Pero no todo es esquiar y dicen algunos, que hasta que no has visto la belleza y grandiosidad de los Alpes desde el cielo no sabrás lo que te estás perdiendo.

Si te gustan las emociones fuertes, pon a prueba tus sentidos sobrevolando el valle a unos 1000 metros de altura para obtener una inmensa sensación de libertad y enamorarte definitivamente con las vistas lanzándote en parapente con Les Tontons Volants.

Rodeado entre montañas, ponte el arnés, siente el viento de cara y acompañado junto al experimentado David Rol, un instructor acreditado con más de 10.000 vuelos a sus espaldas durante los últimos 25 años, prepárate a correr hasta que poco a poco sientas como tus pies se van despegando del suelo al tiempo que la tela multicolor de tu paracaídas se despliega a tus espaldas elevándote en una experiencia parecida a la escena de la película de ET volando con su bicicleta.

Una vez en el aire disfruta de unas vistas para el recuerdo, pudiendo llevarte una foto que las acompañe y si el cuerpo te pide marcha, para los más osados el bueno de David te regalará algunas acrobacias no exentas de emociones fuertes.

En plenos Alpes franceses algo que no puede faltar es el buen queso, y en más concreto su típico Reblochon. La historia de su nombre y de cómo surgió es muy curiosa y está estrechamente relacionada.

Este queso con DO nació de manera clandestina en lo tiempos en los que había que pagar un desmesurado impuesto por los litros de leche que producía la vaca cada día. Los granjeros para evitar pagar el canon, decidieron ordeñar la vaca 2 veces.

Una delante del propietario (que normalmente eran las abadías), y la segunda a escondidas por su cuenta al caer la noche.

De ahí se empezó a utilizar el término saboyardo “re-blocher” (algo así como agarrar la ubre por segunda vez) lo que al final dio nombre al queso.

Hoy el Rebloson es santo y seña de la cultura y de la gastronomía saboyarda que puedes encontrar en lugares como la quesería “Le Refuge des Saveurs” junto con otros muchos productos de la zona.

Si paseas por el centro de Samoëns acompañado por la fascinante y omnipresente vista de los Alpes, es posible que olor de la deliciosa comida típica de La Fandioleuse distraiga tu atención y te haga perderte para llevarte directamente hasta su puerta.

En una de las callejuelas de este encantador pueblo montañoso, dicen que Marie-Françoise prepara las mejores crêpes del lugar, además de algunos de los platos más tradicionales de la cocina saboyarda.

La Fandioleuse es un lugar muy familiar de reducidas dimensiones que forman parte de su encanto y que a su vez, junto con su cocina casera, acabará por conquistarte por completo.

Ven solo o en pareja y comparte mesa con otros viajeros para disfrutar de las exquisiteces de la cocina de los Alpes como una clásica fondue y un vino blanco de la zona, o escoge entre la amplia variedad de sus originales y reconstituyentes crêpes dulces o saladas, diferentes de las clásicas bretonas, pero que no te decepcionarán en absoluto.

Y si te apetece probar algo verdaderamente típico, la especialidad de la casa es la laboriosa y tradicional soupe châtrée de la Alta Saboya, que deberás ordenar por adelantado debido al tiempo que conlleva su preparación.

Todo ello acompañado del calor de una atención impecable y del cariño como ingrediente principal que llevan todos los platos de Marie-Françoise.

Si no quieres perderte la experiencia de La Fandioleuse, no te olvides de reservar de antemano o correrás el riesgo de no encontrar lugar y quedarte sin probar el sabor más auténtico de esta zona de los Alpes.

- Alberto Menéndez Sánchez