Siete buenas razones para descubrir Sofía

Una de las capitales más antiguas y espectaculares de toda Europa es la previamente llamada Serdica y que hoy conocemos con el nombre de Sofia, palabra que en el mundo griego se traduce como “sabiduría”. La capital de la República de Bulgaria es un tesoro que ha visto pasar por ella diferentes culturas y civilizaciones a lo largo de su historia. A continuación te damos siete buenas razones para descubrirla:

ALEKSANDER NEVSKI, LA IGLESIA DE LA LIBERTAD

Cúpulas doradas

¡Imposible perdérsela! Cúpulas doradas entremezcladas con otras de cobrizo azul turquesa sobresalen en el cielo de Sofía. Son las de su impresionante catedral Aleksander Nevski, uno de los símbolos de la capital de Bulgaria, situada en la plaza del mismo nombre. No en vano es una de las iglesias ortodoxas más grandes que existen en el mundo. Su creación es bastante “reciente”, ya que apenas tiene algo más que un siglo de vida, y fue levantada en honor al emperador Alexander II, el “Zar liberador”, como agradecimiento a la puesta en libertad del pueblo búlgaro después de más de 4 siglos de dominio otomano. 

Catedral

Si la catedral sorprende por fuera, su interior no se queda atrás. Este templo ortodoxo, te sorprenderá su amplio espacio diáfano, en donde no hay bancos en donde poder sentarse y por sus inmensas lámparas con candelabros repartidos alrededor de todo el templo. De techos abovedados, la parte más interesante está en donde se sienta el patriarca y sobretodo se centra en el iconostasio (una pared o retablo de imágenes con una puerta sagrada que solo puede ser atravesada por el cura). 

UN PASADO BAJO TUS PIES

Entrada: 6 BNG para adultos (unos €3) 2 BNG (algo más de €1)

¿Curioso acerca del pasado de Sofia? Para conocer la historia de la antigua Serdica y algunos de sus primeros asentamientos tendrás que mirar bajo tierra. No hay mejor lugar para empezar la visita que en las oscuras y misteriosas catacumbas que se esconden a los pies de la Basílica de Sveta Sofia, una iglesia ortodoxa que todavía permanece activa. Tumbas, restos de iglesias y vestigios romanos del S.IV DC.

 

Serdica (viene de la palabra Sredets que significa “centro”) tuvo un brillante pasado romano de manos del emperador “Constantino el Grande” que llegó incluso a tildarla como “mi Roma”. Hace algunos años se descubrieron nuevas ruinas de la ciudad, de lo que será en un futuro cercano, un museo al aire libre. Entre ellas una parte de una vía romana que conserva el pavimento original y por donde puedes pasear siguiendo las huellas de los romanos de la época.

BAILARINAS Y PARQUES CON ENCANTO

Bailarina enfrente del Teatro Ivan Vazov

Salir y respirar el aire puro de Sofía es todo un lujo y una obligación. No podrás dejar de ir a lugares tan mágicos y visuales como la plaza del Teatro Nacional Ivan Vazov. Allí entre músicas y tableros de ajedrez de partidas anónimas, un precioso edificio neoclásico acoge un variopinto cartel de las óperas y de los ballets más prestigiosos del mundo. Lo que no cambia es la incansable bailarina que adorna y honra una de sus figuras desde la fontana a todos los artistas que por allí pasan.

 

Otro de los parques céntricos es el Borisovata Gradina o Parque de la Libertad. Un museo al aire libre con bustos y figuras de la época comunista y monumentos aludiendo a la liberación. Este parque tiene 900 hectáreas en donde hay columpios, estanques y hasta un estado de fútbol en donde juega su equipo nacional (el Vasil Levski). Muy típico en verano encontrar a los habitantes de Sofía moviendo los bancos del parque y agrupándose en corrillos para pasar la tarde con una cerveza.

ENAMÓRATE DE LA OTRA DIETA MEDITERRÁNEA

El Shopska es un tentempié habitual.

Una de las magníficas razones para visitar la capital de Bulgaria es su excelente gastronomía. Fuera de lo que se pudiera pensar, Sofia como el resto del país cuenta con una cocina muy sana y para nada alejada de la de sus vecinos mediterráneos. Se basa fundamentalmente en frescas y vistosas ensaladas, como la Shopska o la Shepherd, acompañadas de todo tipo de deliciosos quesos de los que uno nunca llega a aburrirse. En la mesa, nunca puede faltar el típico y famoso yogurt (bacteria de la que en Bulgaria son descubridores) y un vasito de “rakia” (el aguardiente nacional). 

Kavarma de pollo

Otro de los platos que son típicos y distintivos es el Kavarma. Servido normalmente en un pequeño recipiente de cerámica, y se prepara con carne de pollo o de cordero y por supuesto mucho queso. Para comer cosas tan sabrosas como estas te recomendamos el boulevard Vitosha, con lugares como el Restaurant Shtastliveca o si quieres algo más tradicional y acompañado de bailes y música populares, el Vodenitzata.

HADZI DIMITAR: UN BARRIO CON MUCHO ARTE

La galería Nacional

La galería Nacional no es el único lugar en donde encontrarás arte en Sofia. La historia de la ciudad se refleja en muchos de los sobrios barrios en donde predominan bloques de edificios que no enmascaran su pasado comunista. No obstante, Sofia no es ajena a los nuevos movimientos y olas culturales que tienen lugar en todas las grandes capitales europeas.

“Bay Dibri” de NASIMO

Por ejemplo, en el barrio de Hadzi Dimitar se entremezcla la Sofia clásica con aquella más vanguardista de la mano del arte urbano que se plasma de la mano de jóvenes artistas en las algunas de sus medianeras. Un ejemplo es el “Bay Dibri” o “El Santo viviente”, como lo traducimos al castellano. Este grafiti de de enormes dimensiones obra del artista NASIMO, da color y conmemora la figura de un personaje que tiene más de 100 años y al que se le conoce en toda Sofia como el santo viviente. Su apodo viene de su labor altruista e incondicional ayudando a niños huérfanos y pobres en los alrededores de la capital. 

EL MONTE VITOSHA, MÁS DE 2000 METROS DE ALTITUD

Monte Vitosha

En medio de la extensa planicie en la que se encuentra situada Sofia, es otro de los símbolos de la ciudad y también un fuera de ruta que normalmente el turista de a pie suele pasar por alto es el Monte Vitosha. Famoso por la espectacularidad de sus atardeceres, este macizo montañoso que adorna Sofia, surgió como causa de la actividad volcánica, y tanto para aquellos que adoren las excursiones, el alpinismo o el esquí durante el invierno no puede faltar en la visita. Aunque sobre todo, cerca de la torre de televisión, hay un mirador al lado de un teleférico antiguo, desde donde podrás captar una de las instantáneas más bonitas desde las alturas de la gran urbe búlgara.

 

Iglesia de Boyana de San Nicolás y San Pantaleón

De camino al Vitosha, otro de sus atractivos que podrás visitar es una pequeña iglesia ortodoxa que se encuentra a sus pies. De origen ruso, la iglesia Boyana de “San Nicolás y San Pantaleón” es patrimonio de la UNESCO. En ella se encuentran algunos de los frescos mejor conservados de la Edad Media con varias escenas con milagros y momentos de la vida de San Nicolás. Debido a la delicadeza de los murales, la entrada a la Boyana se limita a 15 minutos por grupo para preservar su belleza. El reflejo de la luz en estas ancestrales obras de arte bien merece cada minuto dentro. 

LA ESPIRITUALIDAD DE RILA

Monasterio de Rila

A unas 2h de la capital de Bulgaria en las montañas de Rila, se encuentra una de las joyas para la retina del viajero y a la par un pedazo de historia en forma de uno de los mejores ejemplos de la resistencia religiosa búlgara. El monasterio de Rila fue fundado en el siglo X por un ermitaño llamado Iván Rilski. 

Rila fuente.

Situado en lo alto de las montañas en donde era más fácil defenderse, sobrevivió mediante alianzas y el comercio al paso de los años guardando espectaculares frescos y secretos entre sus muros. Sin duda te llamará la atención su misticismo y la espiritualidad que se respira en Rila. Mención especial es su particular arquitectura con arcos y pinturas con escenas sobre diferentes personajes y pasajes bíblicos.

Cueva de Iván Rilski

Si todavía te quedan fuerzas y pulmones, a tan solo algunos kilómetros, en una empinada caminata por senderos boscosos podrás visitas la cueva en donde el canonizado Iván de Rila se retiró para vivir alejado de la civilización. 

 

Queremos agradecer de manera especial al Hotel Budapest por su excelente trato y su servicio durante nuestra visita a Sofía.

 

- Alberto Menéndez Sánchez